ANÁLISIS DEL ENTRENAMIENTO ABDOMINAL EN FUNCIÓN DEL FORTALECIMIENTO Y DEFINICIÓN MUSCULAR

ANALYSIS OF ABDOMINAL TRAINING ROLE OF STRENGTHENING AND MUSCLE DEFINITION

 

 

 

Lucas Benjamín Stucky

Estudiante Investigador de la Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A; Integrante del Grupo de Investigación en Entrenamiento Deportivo.

E-mail: lstucky@udca.edu.co.

 

Andrés Felipe Sanabria Triana

 Estudiante Investigador de la Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A; Integrante del Grupo de Investigación en Entrenamiento Deportivo.

E-mail: feluprov@hotmail.com

 

Rafael Ernesto Avella

 Magister en Entrenamiento Deportivo, Instituto Manuel Fajardo; Especialista en Docencia Universitaria, Universidad Militar Nueva Granada, Docente Investigador de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales U.D.C.A; Director semillero entrenamiento deportivo.

E-mail:  ravella@udca.edu.co.

 

 

RESUMEN

 

El presente documento tiene como objetivo socializar los diferentes métodos de entrenamiento que conllevan a un desarrollo óptimo de la fuerza y la definición abdominal, este músculo debido a sus funciones, apariencia y ubicación dentro del cuerpo, es indispensable tanto en la actividad física y fitness como en el deporte de altos logros en los que la fuerza abdominal ayuda a realizar los gestos deportivos de manera correcta y prevenir lesiones. Además, en los campos de la salud y de la estética, un abdomen delgado y bien definido es fundamental para los parámetros actuales de imagen. Sin embargo, a pesar de su importancia, la mayor parte de la población es reacia al entrenamiento abdominal, debido a su dificultad aparente, al gran esfuerzo y constancia que se debe aplicar para la consecución de los resultados deseados o al desconocimiento de su entrenamiento. Para lograr los resultados es necesario ejercitarlo de manera constante e ir de la mano con una alimentación adecuada para conseguir resultados adecuados y pertinentes.

 

Palabras clave: músculo abdominal, entrenamiento, nutrición.

 

 

ABSTRACT

 

This document aims to socialize the different training methods that lead to optimal development of strength and abdominal definition, this muscle due to their functions, appearance and location within the body, it is essential to both physical activity and fitness as in the sport of high achievements in the abdominal strength that helps to make sports gestures correctly and prevent injuries. Furthermore, in the fields of health and aesthetics, a thin abdomen and it is essential for well defined current imaging parameters. However, despite its importance, most of the population is reluctant to abdominal training, because of its apparent difficulty, the great effort and perseverance to be applied to achieve the desired results or lack of training. To achieve the results you need to exercise constantly and go hand in hand with proper nutrition for optimal results.

 

Key Words: abdominal muscle, training, nutrition.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Antes de iniciar el entrenamiento es necesario que el deportista o interesado conozca la anatomía y morfología, así como funcionalidad de la estructura abdominal, que está conformada por cinco músculos principales que varían en tamaño, sentido y profundidad. Estos son, el músculo recto abdominal, el oblicuo externo, el oblicuo interno, el músculo transverso del abdomen y el músculo piramidal. Se originan e insertan en las caras externas e internas de las costillas quinta a doceava y en la apófisis xifoides en la parte superior, mientras en la parte inferior y posterior se insertan en la cresta iliaca, el ligamento inguinal, la espina del pubis y la fascia dorso lumbar (Singh, 2014) (Palastanga, Field, & Soames, 2007) y (Sobotta, 2006). Así mismo, el músculo recto abdominal se encuentra dividido por la línea alba, que además de ser punto de inserción de los músculos laterales, es un rafe aponeurótico que recubre su cara anterior como posterior, formando un surco muy marcado y visible desde el exterior (Moreaux, 2005) y (Platzer, 2011).

La fuerza abdominal está determinada tanto por los músculos y sus características como por sus conexiones neuromusculares. Al activar una neurona motriz se activan todas las fibras musculares con las que ésta se relaciona y se le conoce como unidad motriz; a mayor cantidad de fibras activadas mayor será la fuerza de contracción (Dieguez & Papí, 2006). Por esta razón, como lo plantea Martín, el entrenamiento de la fuerza general tiene dos finalidades: la mejora de la capacidad de inervación y la ampliación del potencial energético de los músculos mediante hipertrofia (Martín, 2007).

Esta estructura, cumple funciones de protección de los órganos internos, los ayuda en sus procesos fisiológicos y mantiene la postura lumbar y sacra. Así mismo, participa activamente en los movimientos corporales ya sea siendo protagonista o facilitador. La flexión, inclinación y rotación del tronco, como también la elevación de las piernas y la pelvis son acciones que dependen del funcionamiento conjunto de los músculos abdominales (Weineck, Anatomía Deportiva, 2004) (Riera, 2000).  

 

                          

                      

Tomado de fisioterapia saludable julio 2012

 

 

 

 

METODOLOGÍA

El   ejercicio investigativo que se referencia a continuación corresponde a una revisión bibliográfica que se basa  en la metodología de  tipo exploratoria descrita por Hernández y et al. (2007), que surge de búsqueda a la temática en entrenamiento abdominal.

El ejercicio de investigación responde a las características de diseño de investigación no experimental longitudinal evolutiva (Hernández y et al., 2006).

Recopilación de la Información: Para recopilar la información se realizó una búsqueda sistemática de la literatura especializada en los últimos años sobre el tema en revistas digitales, impreso y libros especializados en el tema.

Para la revisión sistemática del presente trabajo se organizó una búsqueda de material, teniendo en cuenta, su accesibilidad en las siguientes fuentes a: 1) Determinar las palabras clave para la búsqueda en la base de datos (Fuentes de información, fundamental medline, Cochrane library, Scielo, capítulos de libros o revistas indexadas. Bases de datos disponibles en internet: Medline – PubMed (National Library of Medicine), Cochrane data base of systematic reviews, Doyma, Scielo, Biblioteca Virtual de Salud, ProQuest. 2) Buscadores: Google Chrome y Mozilla Firefox. 3) Páginas web de los organismos nacionales e internacionales relacionados con el entrenamiento, el control y el funcionamiento de la musculatura abdominal.

 

ANÁLISIS Y RESULTADOS

 

En el ámbito del entrenamiento deportivo, la fuerza puede expresarse como la capacidad que tiene el músculo para producir tensión en una condición determinada, que puede o no estar relacionada con un objeto externo. (González-Badillo & Serna, 2002; Cervera, 1999 y Badillo & Ayestarán, 2002). Esta tiene que ver tanto con el tipo de fibra muscular (roja, blanca o intermedia) como con la inervación de la misma. A mayor cantidad de fibras activadas mayor será la fuerza de contracción (Dieguez & Papí, 2006).

Por esta línea, varios autores presentan diferentes tipos de contracción muscular que se podrían clasificar en (Clarkson, 2003; Dieguez & Papí, 2006; Vived, 200 y Barbier, 2000):

Por otro lado, la fuerza puede clasificarse en máxima, siendo ésta la mayor que el sistema neuromuscular puede ejercer en una contracción voluntaria sin tener en cuenta el tiempo. La máxima absoluta: máxima que se puede ejercer en situaciones especiales como el miedo y la hipnosis, entre otros. La rápida: es la capacidad de ejercer fuerza a una velocidad máxima u óptima. La fuerza resistencia: Martín (2002) y Weineck (2005) citando a Harre (1970) la plantean como “la capacidad de soportar la fatiga con rendimientos de fuerza prolongados” (p. 125). Además de esas, Martín (2007) plantea la reactiva como “el rendimiento muscular que genera un impulso elevado dentro de un ciclo de estiramiento-acortamiento”.

Para poder prescribir o planificar el entrenamiento, es necesario realizar una serie de test que permitan ver el estado actual del deportista, en el caso del abdomen, el diagnóstico y planificación se realizan con base a la fuerza resistencia. En este sentido, existen múltiples formas de evaluar la fuerza abdominal, como lo son el test de 2 minutos, el NCF abdominal conditioning test, el president's challenge curl up, el test de flexiones abdominales, el test de fuerza abdominal- straight leg lift, etc. (Ashok, 2008), (Brooks, 2007), (Sutherland, 2006) y (Hoffman, 2006) (Wiggins-James, James, & Thompson, 2006). A continuación se explicará 2 test en los que predomina la ejecución correcta de la técnica abdominal sobre el tiempo o repeticiones y la participación del abdomen por encima de los flexores de la cadera.

      

Tomada de (Brooks, 2007) pag.16

 

   

Tabla tomada de (Ashok, 2008) pag.63

 

 

PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

 

Tenemos que para (Matveev, 1985) el entrenamiento deportivo es “la forma fundamental de preparación del deportista, basada en ejercicios sistemáticos y lo cual representa en esencia, un proceso organizado pedagógicamente con el objetivo de dirigir la evolución del deportista”. Por otra parte (Martín, 2001) lo define como: “proceso completo de actividades, dirigido al desarrollo planificado de ciertos estados de rendimiento deportivo y a su exhibición en situaciones de verificación deportiva, especialmente en la actividad competitiva”.

(Granell & Cervera, 2003): Tienen un concepto más enfocado hacia la competencia. En este caso, definen el entrenamiento como la forma de evidenciar los avances del deporte moderno en el cual, los resultados de un deportista serán la consecuencia de un sistema de entrenamiento. Por último, (Nitsch, 2002) define el entrenamiento como “la optimización sistemática de la competencia de acción que posee una persona o grupo”, esto desde el punto de vista del contenido de la actividad.

Existen múltiples formas y ejercicios para entrenar el abdomen, que varían dependiendo su nivel de dificultad y/o accesibilidad para ejecutarlos (Delavier & Gundill, 2011), (Brungardt, 2008), (Gottlob, 2007), (Boeckh-Behrens & Buskies, 2004). Encontramos ejercicios con autocarga, como: crunches, planchas y elevación de piernas, a los que se les puede variar la dificultad cambiando los grados de inclinación (García, G. & Moysi, J., 2001). Por otro lado, la literatura oriental plantea ejercicios de respiración y contracción isométrica mediante asanas u otras posturas que permiten también un desarrollo de la fuerza abdominal (Sivananda, 1996), (Orem, 2014), (Sekida, 1989) y (Ishikawa & Draeger, 2011).

Otra posibilidad, es realizar ejercicios utilizando elementos como la bola suiza, balones medicinales, Ab Wheel, mancuernas, discos o bandas, que ayuden a aumentar la intensidad en el ejercicio (Knopf, 2013), (Craig, 2004), (James, 2012), (Delavier & Gundill, 2011).

Por último, es posible trabajar los abdominales utilizando máquinas especializadas que se encuentran en gimnasios generalmente como son los bancos de abdominales de resistencia variable, el Ab Coaster, Ab-Doer, las poleas o el TRX (Ross, 2010), (Gutiérrez, 2005).

Como hay una gran cantidad de ejercicios posibles para el desarrollo de la fuerza abdominal. Solo mediante la planificación del entrenamiento y la organización de las sesiones, que permita ejercer un control sobre las cargas, es posible lograr los resultados y objetivos. Sobre este aspecto, el siguiente cuadro recopila los parámetros del entrenamiento de distintos autores:

 

 

 

Podemos evidenciar que todos los autores tienen un parámetro promedio establecido en 3 series. En los otros aspectos, la tendencia en el número de repeticiones y descansos, plantea un entrenamiento enfocado hacia la fuerza resistencia, exceptuando a Delavier (2010), cuyos parámetros se asemejan más a entrenamiento de la hipertrofia.

 

 

NUTRICIÓN

 

Además del entrenamiento, la dieta que lleve el deportista es un factor determinante para la definición abdominal. Según (Román, Guerrero, & Luna, 2012): “la mayoría de los estudios epidemiológicos indican una relación directa entre el consumo de grasas y la ganancia de peso, y una relación inversa respecto al consumo de hidratos de carbono. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que en países en los que se ha reducido el consumo de grasas, el número de obesos ha aumentado, seguramente por el consumo de alimentos con una densidad energética elevada por un alto contenido de azúcares”.

La densidad energética refleja el contenido calórico de los alimentos, y se expresa por unidad de peso o volumen. Además, las grasas han demostrado tener una menor capacidad de saciedad, por lo que no producen una disminución en la ingesta de otros nutrientes tras su consumo produciendo una mayor ingesta total de energía y aumentando la lipogénesis (Meléndez, 2008).

Si se consumen más calorías de las necesarias, este exceso se convertirá en triglicéridos, los cuales serán transportados y almacenados en células grasas para luego convertirse en tejido adiposo. (Tejada, 2006; Brooks, 2007; Galloway, 2003 y Pace & Jones, 2001). Este tejido tiende acumularse en el abdomen y los glúteos, porque son músculos que se utilizan poco y que no poseen circulación sanguínea intensa (Delavier & Gundill, 2011).

Encontramos 2 tipos de tejidos grasos, la grasa subcutánea que se encuentra bajo la piel y la grasa visceral que es más interna y es asociada con los desórdenes metabólicos y enfermedades cardiovasculares (Kopelman, Caterson, & Dietz, 2009). La primera tiende a ser más resistente a la quema de grasa que la visceral (Hofmekler, 2008). En este sentido, múltiples estudios han demostrado la relación positiva entre el ejercicio aeróbico y la reducción de la grasa total y la grasa visceral en el organismo (Irving et al., 2008), (Slentz et al., 2015; Ismail et al, 2012 y Thomas, et al., 2000).

Es importante, la implementación de dietas específicas como medio de prevención y disminución de la obesidad y la acumulación de tejido adiposo, como lo pueden ser las dietas hipocalóricas, dietas bajas en hidratos de carbono, dietas con bajo índice glicémico, dietas hiperprotéicas y la dieta mediterránea (Román, et al., 2012).

 

 

CONCLUSIONES

 

  1. El entrenamiento abdominal, como lo proponen varios autores, es el factor más importante para tener un abdomen plano y marcado. Para esto, se debe trabajar con un mínimo de 3 sesiones a la semana en las que se realizarán 3 series, de 25-30 repeticiones en promedio y con un descanso de 30”, entre serie.
  2. La nutrición, de la mano del entrenamiento, juega un papel importante para conseguir los resultados deseados respecto a un abdomen definido. Una ingesta excesiva de calorías puede ocasionar un cúmulo de grasa en el abdomen e impedir que el entrenamiento haga el efecto deseado.

 

 

 

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