Artículo de Reflexión

DEPORTE PARALÍMPICO: UNA MIRADA HACIA EL FUTURO

PARALYMPIC SPORT: A LOOK TOWARDS THE FUTURE

Stevens Ruiz1

1 Licenciado en Cultura Física y Deporte, Gerente de Arcángeles Deportes. Calle 106 N. 17ª-43, Bogotá-Colombia stevensruiz@arcangeles.org

Rev. U.D.C.A Act. & Div. Cient. 15 (Supl. Olimpismo): 97 - 104, 2012


RESUMEN

El deporte paralímpico, que tuvo sus orígenes en una práctica deportiva adaptada con fines terapéuticos para personas con discapacidad, se ha consolidado, actualmente, como deporte de alto rendimiento y se rige bajo los mismos parámetros del deporte olímpico. Cada vez, se cierra más la brecha que divide estos dos escenarios y somos testigos de cómo día a día se desarrollan nuevas iniciativas, que hacen prever la integración futura de los dos sistemas. Este artículo ilustra e invita a reflexionar sobre el impulso del sistema deportivo paralímpico, los problemas que afronta hoy por hoy y la perspectiva futura de auge.

Palabras clave: Deporte paralímpico, deporte olímpico, inclusión social.


SUMMARY

Paralympic sport had its origins from an adapted sport for therapeutic purposes for people with disabilities and has now consolidated as a high performance sport, ruling under the same parameters of the Olympic sport. Each time the gap that divides these two scenarios is closing and we are witnesses of how everyday new initiatives that provide for the future integration of the two systems are developed. This article illustrates and invites to reflect on the development of the Paralympic sport system, the problems that it is facing today and the future prospect of its development.

Key words: Paralympic sport, Olympic sport, social inclusion.


INTRODUCCIÓN

El siglo pasado finalizó con una actividad deportiva que más allá de fortalecer su carácter integrador, pacifista, recreativo y romántico y que se consolidó como el principal producto de la industria del entretenimiento y como una gigantesca actividad económica (Ruiz, 2012). El deporte, sin lugar a dudas, fue el fenómeno social de mayor desarrollo del siglo XX. Dentro del llamado gran escenario del deporte, el paralímpico logró un importante nivel de crecimiento, pasando por diferentes momentos, desde medio de rehabilitación funcional hasta actividad de alto nivel de rendimiento. La estructura organizativa y la dinámica de los eventos competitivos del sector paralímpico lograron el mismo estándar del denominado deporte convencional y se generaron relaciones de correspondencia entre los dos sistemas. Es así como existe un apoyo mutuo entre el Comité Olímpico Internacional COI y el Comité Paralímpico Internacional CPI (Sainsbury, 2004). El cuestionamiento actual, se centra en la consideración del impulso futuro del deporte paralímpico. En este contexto, la pregunta es si el CPI se debe mover hacia el fortalecimiento de su estructura administrativa para consolidarse como una organización tan sólida y autónoma como el COI o si, por el contrario, la dinámica de fusión deportiva, que se viene presentando, está marcando la ruta hacia una estructura unificada de ambas organizaciones.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para la elaboración del artículo, se estableció la estructura metodológica; posteriormente, se realizó una revisión bibliográfica y una búsqueda electrónica de artículos relacionados con el tema, de los cuales, se escogieron los referenciados para la revisión sistemática. Se eliminaron los textos que no cumplían con los criterios de nivel de evidencia o pertinencia para el trabajo. Se efectuó, igualmente, para la elaboración de esta reflexión, el análisis de experiencias relacionadas con el deporte olímpico y paralímpico

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Existe, en la actualidad, una amplia discusión sobre diferentes aspectos relacionados con la dinámica del desarrollo de las diferentes organizaciones deportivas supranacionales de deporte adaptado. De manera particular, el debate se centra sobre el proceso autónomo del sistema paralímpico frente a las realidades deportivas, que muestran un auge paralelo de los sistemas paralímpico y olímpico.

Es evidente, la estrecha relación existente entre el deporte olímpico y el deporte paralímpico. Esta analogía radica en la similitud de sus estructuras administrativas, organizativas y técnicas (Gómez, 2009). Existe, además, una clara dinámica de trabajo conjunto, entre los organismos que rigen ambos sistemas, para garantizar la cooperación en las diferentes acciones de su implementación y, a la vez, la autonomía de ambos sistemas en su campo.

Debido a su carácter apolítico (en teoría) y a su reconocido valor en los procesos formativos de niños y de niñas, la actividad deportiva se estableció como una manifestación cultural de cobertura universal; en otras palabras, el deporte llegó a todos los países del mundo sin importar la orientación política, religiosa, raza, género, edad, condición funcional o situación económica de los participantes. Es pertinente aclarar que el término participante vincula, tanto a quienes de manera activa ejercen una actividad física eventual, sistemática o deportiva, como a aquellos que siguen el progreso de los diferentes eventos, a través de los medios.

La alta propagación de las comunicaciones y las facilidades de acceso a ellas, han permitido la posibilidad de seguir, en tiempo real, las competencias deportivas, en diferentes escenarios del mundo. Es así como gracias a esta situación, a estrategias de vinculación de jugadores procedentes de diferentes países y a políticas de mercadeo de las franquicias deportivas, hoy en día existen grupos de hinchas que apoyan a los equipos de fútbol de su país de origen y de otros más. Ya no hay que ser español para seguir al Real o al Barcelona, ni argentino para ser hincha del River o del Boca. La televisión y la Internet han permitido la creación de comunidades supranacionales, unidas por intereses comunes, más allá de las fronteras tradicionales, consolidándose nuevos escenarios de encuentro, en un mundo globalizado. Este crecimiento desbordante ha generado serios cuestionamientos respecto al gigantismo económico del movimiento deportivo y, de manera particular, el de los Juegos Olímpicos y del campeonato Mundial del fútbol (Ruiz, 2012).

El sistema paralímpico, que vincula a los deportistas con algún tipo de discapacidad, exhibe una estructura administrativa autónoma, representada por el CPI (2012), el cual, cuenta, actualmente, con 165 Comités Paralímpicos Nacionales; cuatro Organizaciones Deportivas Internacionales por discapacidad; The International Wheelchair and Amputee Sports Federation - IWAS, que congrega a deportistas del sector de la discapacidad física; The Cerebral Palsy International Sports and Recreation Association - CP-ISRA, que agrupa a los deportistas con parálisis cerebral; The International Blind Sports Federation - IBSA, que reúne a deportistas con limitación visual e The International Sports Federation for Persons with an Intellectual Disability - INASFID, que congrega a los deportistas con discapacidad intelectual; las Federaciones Deportivas (convencionales) y las federaciones deportivas propias, ha mostrado un desarrollo acelerado en las últimas décadas, debido a que ha adaptado estructuras tradicionales del deporte a las necesidades del sistema (CPl, 2012).

El Comité Paralímpico Internacional participa en los diferentes escenarios de establecimiento de políticas, que contribuyen con el crecimiento integral de las personas con discapacidad, alrededor del mundo (CPC, 2008). En este campo, el deporte se ha consolidado como poderosa herramienta para lograr la inclusión social plena y verdadera. De manera concreta, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de las Naciones Unidas expresa el "Derecho a la Recreación, Tiempo Libre y Deporte" (Naciones Unidas, 2006).

La cercanía conceptual del Movimiento Olímpico, Paralímpico, Sordolímpico y Olimpiadas Especiales radica en la actividad integradora, inherente al deporte mismo la esencia misma del deporte es su carácter inclusivo. De esta afirmación dan fe los programas desarrollados por organismos internacionales, como las Naciones Unidas (2003), que presenta, de manera explícita, argumentos que corroboran lo anteriormente expresado. Puntualmente, el documento expresa: "por su propia naturaleza el deporte trata de la participación, la inclusión y la ciudadanía" y más adelante: "el deporte une a los individuos y a las comunidades…, superando las barreras culturales y étnicas". Es importante resaltar que el documento plantea objetivos muy claros para la actividad deportiva, en su carácter formativo: "El objetivo de las actividades…que implican deporte no es la creación de campeones…sino el uso del deporte en distintas actividades de desarrollo y la paz". Es importante mencionar que el término deporte presenta un carácter amplio y flexible, enmarcando en su concepto diferentes posibilidades de su manifestación, desde deporte comunitario, deporte escolar, deporte universitario, deporte corporativo, deporte de rendimiento, deporte de alto rendimiento y la forma más popular en nuestros días, "deporte para todos" (Ruiz, 2012).

Como es bien sabido, la actividad física para personas con discapacidad fue inicialmente utilizada con fines terapéuticos, es decir, como medio de rehabilitación; posteriormente, se extendió como actividad recreativa y, desde mediados del siglo XX, se consolidó como deporte competitivo (Torralba Jordán, 2006). Existen, incluso, referencias sobre la conformación de clubes y sobre la implementación de programas para personas con discapacidad, con carácter competitivo, ya desde finales del siglo XIX.

El neurólogo Ludwin Guttmann dio un impulso fundamental para este proceso, al incluir, formalmente, el deporte dentro de los programas de rehabilitación de sus pacientes, en el hospital de Stoke Mandeville, primer centro creado para el tratamiento de pacientes con lesión medular. Esta entidad, fundada en 1944, cerca de Londres, fue consolidándose como una institución innovadora y, a partir de esta dinámica, fue generando un efecto positivo, que conllevó al establecimiento de actividades competitivas, que culminaron con el evento realizado en 1948, que en fecha coincidente con los Juegos Olímpicos de Londres, con la participación de veteranos de la Segunda Guerra Mundial, con lesión medular. A partir de allí, el movimiento de deporte adaptado, se desarrolló de manera acelerada, con cercanía organizacional con los eventos Olímpicos. Fue así como en 1960, se celebraron en Roma, los primeros Juegos denominados Paralímpicos, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos (Fernández Blanco & Castro Pañeda, 1999).

Simultáneamente, con el florecimiento del denominado sector paralímpico y con la misma base conceptual del olimpismo, se fueron implementando otros eventos competitivos de carácter internacional, para insertar otras actividades a diferentes tipos de discapacidad. Fue así, como en 1988, fue recibida oficialmente del COI, la denominación de Special Olimpics, para dar cobertura deportiva a los atletas con discapacidad intelectual. En esta misma dinámica, en el 2001, los Deaflympics recibieron autorización del CPI, para denominarse de esa manera (Matveev et al. 2006). Las sordolimpiadas resguardaron, en una sola categoría, a los deportistas con limitación auditiva, estableciéndose como base para su clasificación una pérdida de la audición superior a 55 decibeles, en el mejor oído. Se aclara que la comunidad sorda se considera, a sí misma, como una minoría lingüística, más con un problema de comunicación que con una condición de discapacidad y, por lo tanto, este último término, consideran ellos, no los representa.

Los Juegos Paralímpicos, se desarrollaron entre 1960 y 1972 con la denominación de Stoke Mandeville y, en 1976, como Torontolimpiadas (Briskin, 2010); en 1984, empezaron a llamarse oficialmente Juegos Paralímpicos y, a partir de 1988, se vienen realizando con la misma estructura, los mismos rituales, el mismo esquema de competencia y en los mismos escenarios que los Juegos Olímpicos (Matveev et al. 2006). Al igual que en el deporte olímpico, su crecimiento ha sido desbordante, pasando de 400 deportistas, de 23 países que compitieron en Roma, 1960, a 3.951, procedentes de 146 países, que compitieron en Beijing, en el 2008.

La celebración de los Juegos Paralímpicos en los mismos escenarios y con la misma estructura logística y técnica de los Juegos Olímpicos representa un reconocimiento de igualdad de derechos y de logros. La medalla que obtiene un deportista para su país tiene la misma valoración en ambos eventos. La bandera que se exhibe durante la ceremonia de premiación es la bandera del país de origen del atleta y, por lo tanto, en ese momento, se realiza una representación de Nación, no de un sector de la población.

En el escenario competitivo, la mayoría de los deportes del programa paralímpico son modalidades adaptadas de los deportes del sector olímpico. Las excepciones son el goalball, la boccia y el rugby en silla de ruedas, que son modalidades creadas considerando la condición de discapacidad de sus practicantes; sin embargo, sus procesos de entrenamiento y competencia cumplen con los mismos estándares establecidos para el denominado deporte convencional.

Una de las particularidades del deporte contemporáneo, en los últimos años, es una clara tendencia a la integración (asimilación) del deporte paralímpico con las federaciones convencionales. Esta integración elimina la brecha deportiva de los dos sectores y abre la puerta para la participación de atletas con discapacidad en los diferentes eventos. Actualmente, son nueve las Federaciones Internacionales que han vinculado a sus programas la modalidad paralímpica, ellas son: arquería, ciclismo, deportes ecuestres, canotaje, remo, tenis de mesa, triatlón, curling y tenis de campo. Adicionalmente, son cuatro: vela, voleibol sentado, baloncesto en silla de ruedas y rugby en silla de ruedas, las federaciones autónomas que gobiernan estos deportes, dentro del sistema paralímpico internacional.

Es así como existe una tendencia hacia la unificación que evidencia una acción cada vez menor de las agremiaciones deportivas por discapacidad y la celebración futura de eventos integrados, reconfirmando el concepto de deportistas, no de discapacitados, para todos los participantes del sector paralímpico. Un ejemplo de esto son los Commonwealth Games, un evento deportivo que se celebra cada cuatro años, que convoca a más de 70 países que forman parte o que tienen nexos con la Mancomunidad Británica de Naciones. El programa de los Juegos contempla eventos para deportistas con discapacidad, en la categoría EAD (Elite Athletes with a Disability), en atletismo, en bolos, en natación, en tenis de mesa y en levantamiento de pesas.

Esta asimilación de los deportes del sector paralímpico en federaciones olímpicas no sólo ha correspondido a aspectos administrativos sino, también, a aspectos técnicos. En este caso, se benefician ambos sectores, pues aumenta la oferta del producto deporte convencional y aumenta el número de competencias para los deportistas con discapacidad. Como consecuencia lógica de esta situación, se prevé una mayor atención del público en los diferentes eventos; mayor especialización de los deportistas y un desarrollo acelerado de los resultados.

Es relevante aquí considerar que más allá de las especificidades de la discapacidad, ambos sectores deportivos presentan, actualmente, características similares. Entre las más importantes tenemos:

Todas estas situaciones evidencian un proceso de desarrollo importante para el futuro del sector paralímpico. De hecho, actualmente se nota un aumento significativo de cobertura mediática y de presencia de público en los escenarios de eventos. Es importante recordar, que más allá de los resultados deportivos, representados en récords, en medallas y en registros, el deporte paralímpico, al igual que el deporte olímpico, tiene una misión muy importante y es la de consolidarse como herramienta de inclusión social. Es evidente que mediante la práctica deportiva, se envía un efectivo mensaje de poder, eliminándose así los preconceptos tradicionales de in-capacidad tan ligados a la discapacidad.

DIFICULTADES QUE AFRONTA EL DEPORTE PARALÍMPICO PARA SU DESARROLLO

Al analizar la dinámica de desarrollo del deporte Paralímpico encontramos que presenta, en muchos casos, gran similitud con el auge del deporte Olímpico. Se enumeran aquí algunas de las dificultades más relevantes:

EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO EN EL SECTOR PARALÍMPICO

El entrenamiento deportivo es un sistema integrado por diferentes componentes: técnico, táctico, físico, psicológico, teórico e integral. Todos los componentes son importantes para el logro de los resultados, por lo tanto, los entrenadores del sistema paralímpico deben asumir un compromiso que implica conocer sobre la teoría y la metodología del entrenamiento deportivo, en general, los elementos relacionados con el deporte específico y las particularidades de la discapacidad.

Para este proceso, históricamente, se han presentado dos frentes: por un lado, la propuesta de adaptación del desarrollo de la metodología del entrenamiento convencional al sector paralímpico y, por otro, la consideración de la discapacidad como elemento orientador del proceso. Se entiende que ambas propuestas son válidas y que depende de cada caso su implementación. En la medida en que el deporte paralímpico ha evolucionado, ha mostrado cada vez mayor cercanía con la metodología tradicional del deporte. Es así, como en algunos países existe una gran cercanía administrativa para los procesos y éstos se desarrollan de manera integrada para algunos deportistas. De todas maneras, para los procesos con deportistas del sector paralímpico, se deben considerar aspectos puntuales tales como:

Recordemos que cualquier actividad física realizada por un atleta conduce a alteraciones anatómicas, fisiológicas, bioquímicas y psicológicas. El beneficio que dicha actividad genera dependerá de las características de la carga (duración, volumen, intensidad, densidad y la frecuencia) y una adecuada metodología de aplicación (Forteza de la Rosa, 2001).

UNA MIRADA HACIA EL FUTURO

En la acelerada dinámica de desarrollo del deporte son varios los frentes que ocupan la atención del Comité Paralímpico Internacional. De manera especial, se considera la necesidad de fomentar la participación de mujeres y de atletas con discapacidades severas, en el escenario competitivo (Sainsbury, 2004). El tema versa, no solo en referencia a las medallas sino sobre la necesidad de generar cambios culturales, que permitan mayores espacios de inclusión social a las personas con discapacidad, en los diferentes entornos. Los logros de los atletas en eventos deportivos y su visibilidad, a través de los medios, generan un impacto positivo en el imaginario colectivo, sobre las posibilidades amplias de participación social, de las personas con discapacidad.

La orientación conceptual de todo el proceso apunta hacia la consideración que los atletas del sector paralímpico son deportistas en el pleno sentido de la expresión y no discapacitados que hacen deporte.

El deporte es inspiracional y, para el caso del paralimpismo, este concepto adquiere un valor aún mayor, pues cambia los paradigmas sociales de incapacidad por los de poder. El deportista paralímpico que logra resultados de alto nivel deja de ser objeto de lástima para convertirse en sujeto de admiración. Las historias de vida de los atletas del sector paralímpico implican, por un lado, la superación de la dificultad propia de la discapacidad y, extensivamente, el desarrollo de un proceso de entrenamiento con miras al resultado deportivo. Este tema, aunque novedoso, ya tiene bastante desarrollo, pues se ha evidenciado que existe en este campo una gran oportunidad de inversión ante la imposibilidad de las empresas de acceder a los eventos de carácter olímpico y mundial, que ya han sido colmados por las organizaciones tradicionales. Algunos atletas del sector ya pertenecen a la selecta nómina de deportistas patrocinados por empresas que, anteriormente, no tenían dentro de sus estrategias de mercado al deporte paralímpico. El caso más conocido por todos es el del atleta surafricano Oscar Pistorius, quien hace parte de las campañas publicitarias de Nike y de otras empresas interesadas en utilizar su imagen y su historia de vida para beneficio de su marca. En este caso, el tema discapacidad, se convierte en un valor agregado al del logro deportivo, consolidándose una mejor oportunidad de comunicación comercial, hacia el público objetivo.

La participación de dos deportistas del sector paralímpico en los recientes Juegos Olímpicos de Beijing, 2008, quienes lograron su clasificación al evento en igualdad de condiciones que sus rivales no discapacitados, se establece como un nuevo hito en el proceso de participación de los atletas del sector. La nadadora surafricana, Natalie DuToit y la tenimesista polaca Natalia Partika, demostraron que la discapacidad no es la limitante para el logro de metas de alto nivel, así que es probable que en los próximos Juegos y en otros eventos de alto nivel haya un número mayor de deportistas paralímpicos, en el llamado convencional. Por último, la reciente clasificación del corredor surafricano Óscar Pistorius a los Juegos Olímpicos de Londres, 2012, se convierte hecho deportivo que, de darse su participación en el evento, enviará un poderoso mensaje de integración, consolidándose así, desde la práctica, una cercanía cada vez mayor de los dos sectores, que permite imaginar que a futuro tendremos más eventos, en los cuales, el tema discapacidad se considere como una categoría dentro del programa competitivo, acercándonos más al cumplimiento del objetivo principal del deporte, la inclusión.

Conflicto de intereses: El autor declara que no existe ningún conflicto de intereses que ponga en riesgo la validez de la información presentada.

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Recibido: Enero 15 de 2012 Aceptado: Mayo 8 de 2012

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