Artículo de Reflexión
DEPORTE PARALÍMPICO: UNA MIRADA HACIA EL FUTURO
PARALYMPIC SPORT: A LOOK TOWARDS THE FUTURE
Stevens Ruiz1
1 Licenciado en Cultura Física y Deporte, Gerente de Arcángeles Deportes. Calle 106 N. 17ª-43, Bogotá-Colombia stevensruiz@arcangeles.org
Rev. U.D.C.A Act. & Div. Cient. 15 (Supl. Olimpismo): 97 - 104, 2012
RESUMEN
El deporte paralímpico, que tuvo sus orígenes en una práctica deportiva adaptada con fines terapéuticos para personas con discapacidad, se ha consolidado, actualmente, como deporte de alto rendimiento y se rige bajo los mismos parámetros del deporte olímpico. Cada vez, se cierra más la brecha que divide estos dos escenarios y somos testigos de cómo día a día se desarrollan nuevas iniciativas, que hacen prever la integración futura de los dos sistemas. Este artículo ilustra e invita a reflexionar sobre el impulso del sistema deportivo paralímpico, los problemas que afronta hoy por hoy y la perspectiva futura de auge.
Palabras clave: Deporte paralímpico, deporte olímpico, inclusión social.
SUMMARY
Paralympic sport had its origins from an adapted sport for therapeutic purposes for people with disabilities and has now consolidated as a high performance sport, ruling under the same parameters of the Olympic sport. Each time the gap that divides these two scenarios is closing and we are witnesses of how everyday new initiatives that provide for the future integration of the two systems are developed. This article illustrates and invites to reflect on the development of the Paralympic sport system, the problems that it is facing today and the future prospect of its development.
Key words: Paralympic sport, Olympic sport, social inclusion.
INTRODUCCIÓN
El siglo pasado finalizó con una actividad deportiva que más allá de fortalecer su carácter integrador, pacifista, recreativo y romántico y que se consolidó como el principal producto de la industria del entretenimiento y como una gigantesca actividad económica (Ruiz, 2012). El deporte, sin lugar a dudas, fue el fenómeno social de mayor desarrollo del siglo XX. Dentro del llamado gran escenario del deporte, el paralímpico logró un importante nivel de crecimiento, pasando por diferentes momentos, desde medio de rehabilitación funcional hasta actividad de alto nivel de rendimiento. La estructura organizativa y la dinámica de los eventos competitivos del sector paralímpico lograron el mismo estándar del denominado deporte convencional y se generaron relaciones de correspondencia entre los dos sistemas. Es así como existe un apoyo mutuo entre el Comité Olímpico Internacional COI y el Comité Paralímpico Internacional CPI (Sainsbury, 2004). El cuestionamiento actual, se centra en la consideración del impulso futuro del deporte paralímpico. En este contexto, la pregunta es si el CPI se debe mover hacia el fortalecimiento de su estructura administrativa para consolidarse como una organización tan sólida y autónoma como el COI o si, por el contrario, la dinámica de fusión deportiva, que se viene presentando, está marcando la ruta hacia una estructura unificada de ambas organizaciones.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para la elaboración del artículo, se estableció la estructura metodológica; posteriormente, se realizó una revisión bibliográfica y una búsqueda electrónica de artículos relacionados con el tema, de los cuales, se escogieron los referenciados para la revisión sistemática. Se eliminaron los textos que no cumplían con los criterios de nivel de evidencia o pertinencia para el trabajo. Se efectuó, igualmente, para la elaboración de esta reflexión, el análisis de experiencias relacionadas con el deporte olímpico y paralímpico
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Existe, en la actualidad, una amplia discusión sobre diferentes aspectos relacionados con la dinámica del desarrollo de las diferentes organizaciones deportivas supranacionales de deporte adaptado. De manera particular, el debate se centra sobre el proceso autónomo del sistema paralímpico frente a las realidades deportivas, que muestran un auge paralelo de los sistemas paralímpico y olímpico.
Es evidente, la estrecha relación existente entre el deporte olímpico y el deporte paralímpico. Esta analogía radica en la similitud de sus estructuras administrativas, organizativas y técnicas (Gómez, 2009). Existe, además, una clara dinámica de trabajo conjunto, entre los organismos que rigen ambos sistemas, para garantizar la cooperación en las diferentes acciones de su implementación y, a la vez, la autonomía de ambos sistemas en su campo.
Debido a su carácter apolítico (en teoría) y a su reconocido valor en los procesos formativos de niños y de niñas, la actividad deportiva se estableció como una manifestación cultural de cobertura universal; en otras palabras, el deporte llegó a todos los países del mundo sin importar la orientación política, religiosa, raza, género, edad, condición funcional o situación económica de los participantes. Es pertinente aclarar que el término participante vincula, tanto a quienes de manera activa ejercen una actividad física eventual, sistemática o deportiva, como a aquellos que siguen el progreso de los diferentes eventos, a través de los medios.
La alta propagación de las comunicaciones y las facilidades de acceso a ellas, han permitido la posibilidad de seguir, en tiempo real, las competencias deportivas, en diferentes escenarios del mundo. Es así como gracias a esta situación, a estrategias de vinculación de jugadores procedentes de diferentes países y a políticas de mercadeo de las franquicias deportivas, hoy en día existen grupos de hinchas que apoyan a los equipos de fútbol de su país de origen y de otros más. Ya no hay que ser español para seguir al Real o al Barcelona, ni argentino para ser hincha del River o del Boca. La televisión y la Internet han permitido la creación de comunidades supranacionales, unidas por intereses comunes, más allá de las fronteras tradicionales, consolidándose nuevos escenarios de encuentro, en un mundo globalizado. Este crecimiento desbordante ha generado serios cuestionamientos respecto al gigantismo económico del movimiento deportivo y, de manera particular, el de los Juegos Olímpicos y del campeonato Mundial del fútbol (Ruiz, 2012).
El sistema paralímpico, que vincula a los deportistas con algún tipo de discapacidad, exhibe una estructura administrativa autónoma, representada por el CPI (2012), el cual, cuenta, actualmente, con 165 Comités Paralímpicos Nacionales; cuatro Organizaciones Deportivas Internacionales por discapacidad; The International Wheelchair and Amputee Sports Federation - IWAS, que congrega a deportistas del sector de la discapacidad física; The Cerebral Palsy International Sports and Recreation Association - CP-ISRA, que agrupa a los deportistas con parálisis cerebral; The International Blind Sports Federation - IBSA, que reúne a deportistas con limitación visual e The International Sports Federation for Persons with an Intellectual Disability - INASFID, que congrega a los deportistas con discapacidad intelectual; las Federaciones Deportivas (convencionales) y las federaciones deportivas propias, ha mostrado un desarrollo acelerado en las últimas décadas, debido a que ha adaptado estructuras tradicionales del deporte a las necesidades del sistema (CPl, 2012).
El Comité Paralímpico Internacional participa en los diferentes escenarios de establecimiento de políticas, que contribuyen con el crecimiento integral de las personas con discapacidad, alrededor del mundo (CPC, 2008). En este campo, el deporte se ha consolidado como poderosa herramienta para lograr la inclusión social plena y verdadera. De manera concreta, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de las Naciones Unidas expresa el "Derecho a la Recreación, Tiempo Libre y Deporte" (Naciones Unidas, 2006).
La cercanía conceptual del Movimiento Olímpico, Paralímpico, Sordolímpico y Olimpiadas Especiales radica en la actividad integradora, inherente al deporte mismo la esencia misma del deporte es su carácter inclusivo. De esta afirmación dan fe los programas desarrollados por organismos internacionales, como las Naciones Unidas (2003), que presenta, de manera explícita, argumentos que corroboran lo anteriormente expresado. Puntualmente, el documento expresa: "por su propia naturaleza el deporte trata de la participación, la inclusión y la ciudadanía" y más adelante: "el deporte une a los individuos y a las comunidades…, superando las barreras culturales y étnicas". Es importante resaltar que el documento plantea objetivos muy claros para la actividad deportiva, en su carácter formativo: "El objetivo de las actividades…que implican deporte no es la creación de campeones…sino el uso del deporte en distintas actividades de desarrollo y la paz". Es importante mencionar que el término deporte presenta un carácter amplio y flexible, enmarcando en su concepto diferentes posibilidades de su manifestación, desde deporte comunitario, deporte escolar, deporte universitario, deporte corporativo, deporte de rendimiento, deporte de alto rendimiento y la forma más popular en nuestros días, "deporte para todos" (Ruiz, 2012).
Como es bien sabido, la actividad física para personas con discapacidad fue inicialmente utilizada con fines terapéuticos, es decir, como medio de rehabilitación; posteriormente, se extendió como actividad recreativa y, desde mediados del siglo XX, se consolidó como deporte competitivo (Torralba Jordán, 2006). Existen, incluso, referencias sobre la conformación de clubes y sobre la implementación de programas para personas con discapacidad, con carácter competitivo, ya desde finales del siglo XIX.
El neurólogo Ludwin Guttmann dio un impulso fundamental para este proceso, al incluir, formalmente, el deporte dentro de los programas de rehabilitación de sus pacientes, en el hospital de Stoke Mandeville, primer centro creado para el tratamiento de pacientes con lesión medular. Esta entidad, fundada en 1944, cerca de Londres, fue consolidándose como una institución innovadora y, a partir de esta dinámica, fue generando un efecto positivo, que conllevó al establecimiento de actividades competitivas, que culminaron con el evento realizado en 1948, que en fecha coincidente con los Juegos Olímpicos de Londres, con la participación de veteranos de la Segunda Guerra Mundial, con lesión medular. A partir de allí, el movimiento de deporte adaptado, se desarrolló de manera acelerada, con cercanía organizacional con los eventos Olímpicos. Fue así como en 1960, se celebraron en Roma, los primeros Juegos denominados Paralímpicos, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos (Fernández Blanco & Castro Pañeda, 1999).
Simultáneamente, con el florecimiento del denominado sector paralímpico y con la misma base conceptual del olimpismo, se fueron implementando otros eventos competitivos de carácter internacional, para insertar otras actividades a diferentes tipos de discapacidad. Fue así, como en 1988, fue recibida oficialmente del COI, la denominación de Special Olimpics, para dar cobertura deportiva a los atletas con discapacidad intelectual. En esta misma dinámica, en el 2001, los Deaflympics recibieron autorización del CPI, para denominarse de esa manera (Matveev et al. 2006). Las sordolimpiadas resguardaron, en una sola categoría, a los deportistas con limitación auditiva, estableciéndose como base para su clasificación una pérdida de la audición superior a 55 decibeles, en el mejor oído. Se aclara que la comunidad sorda se considera, a sí misma, como una minoría lingüística, más con un problema de comunicación que con una condición de discapacidad y, por lo tanto, este último término, consideran ellos, no los representa.
Los Juegos Paralímpicos, se desarrollaron entre 1960 y 1972 con la denominación de Stoke Mandeville y, en 1976, como Torontolimpiadas (Briskin, 2010); en 1984, empezaron a llamarse oficialmente Juegos Paralímpicos y, a partir de 1988, se vienen realizando con la misma estructura, los mismos rituales, el mismo esquema de competencia y en los mismos escenarios que los Juegos Olímpicos (Matveev et al. 2006). Al igual que en el deporte olímpico, su crecimiento ha sido desbordante, pasando de 400 deportistas, de 23 países que compitieron en Roma, 1960, a 3.951, procedentes de 146 países, que compitieron en Beijing, en el 2008.
La celebración de los Juegos Paralímpicos en los mismos escenarios y con la misma estructura logística y técnica de los Juegos Olímpicos representa un reconocimiento de igualdad de derechos y de logros. La medalla que obtiene un deportista para su país tiene la misma valoración en ambos eventos. La bandera que se exhibe durante la ceremonia de premiación es la bandera del país de origen del atleta y, por lo tanto, en ese momento, se realiza una representación de Nación, no de un sector de la población.
En el escenario competitivo, la mayoría de los deportes del programa paralímpico son modalidades adaptadas de los deportes del sector olímpico. Las excepciones son el goalball, la boccia y el rugby en silla de ruedas, que son modalidades creadas considerando la condición de discapacidad de sus practicantes; sin embargo, sus procesos de entrenamiento y competencia cumplen con los mismos estándares establecidos para el denominado deporte convencional.
Una de las particularidades del deporte contemporáneo, en los últimos años, es una clara tendencia a la integración (asimilación) del deporte paralímpico con las federaciones convencionales. Esta integración elimina la brecha deportiva de los dos sectores y abre la puerta para la participación de atletas con discapacidad en los diferentes eventos. Actualmente, son nueve las Federaciones Internacionales que han vinculado a sus programas la modalidad paralímpica, ellas son: arquería, ciclismo, deportes ecuestres, canotaje, remo, tenis de mesa, triatlón, curling y tenis de campo. Adicionalmente, son cuatro: vela, voleibol sentado, baloncesto en silla de ruedas y rugby en silla de ruedas, las federaciones autónomas que gobiernan estos deportes, dentro del sistema paralímpico internacional.
Es así como existe una tendencia hacia la unificación que evidencia una acción cada vez menor de las agremiaciones deportivas por discapacidad y la celebración futura de eventos integrados, reconfirmando el concepto de deportistas, no de discapacitados, para todos los participantes del sector paralímpico. Un ejemplo de esto son los Commonwealth Games, un evento deportivo que se celebra cada cuatro años, que convoca a más de 70 países que forman parte o que tienen nexos con la Mancomunidad Británica de Naciones. El programa de los Juegos contempla eventos para deportistas con discapacidad, en la categoría EAD (Elite Athletes with a Disability), en atletismo, en bolos, en natación, en tenis de mesa y en levantamiento de pesas.
Esta asimilación de los deportes del sector paralímpico en federaciones olímpicas no sólo ha correspondido a aspectos administrativos sino, también, a aspectos técnicos. En este caso, se benefician ambos sectores, pues aumenta la oferta del producto deporte convencional y aumenta el número de competencias para los deportistas con discapacidad. Como consecuencia lógica de esta situación, se prevé una mayor atención del público en los diferentes eventos; mayor especialización de los deportistas y un desarrollo acelerado de los resultados.
Es relevante aquí considerar que más allá de las especificidades de la discapacidad, ambos sectores deportivos presentan, actualmente, características similares. Entre las más importantes tenemos:
• Formas organizativas. El deporte paralímpico ha nacido y se ha asentado de manera más acelerada que el denominado deporte convencional, debido a que ha adaptado su estructura funcional a sus necesidades. El sistema presenta una estructura autónoma que rige el deporte a nivel internacional.
• Procesos de entrenamiento. La dinámica de entrenamiento presenta una estructura similar a la de los deportes del sector convencional. Los elementos que conforman el proceso son similares, tanto en duración, en sesiones, en densidad, en volúmenes relativos (acordes a la discapacidad), en equipo de apoyo médico, en competencias y en logística. Es bien sabido que muchos deportistas del sector paralímpico despliegan sus procesos de entrenamiento con deportistas convencionales. Esto ocurre, principalmente, en natación, en especial, en clasificaciones altas; en atletismo, en ciclismo, en tiro con arco, en tiro deportivo y en tenis de mesa, incluso, algunos deportistas compiten en su ciclo regular con deportistas sin discapacidad.
• Deportistas olímpicos con discapacidad: Una revisión histórica referencia la participación de deportistas con discapacidad en el sector convencional (Jones, 2010). El primer caso, del cual se tiene registro, es el de George Eysel, gimnasta estadounidense, quien en su juventud sufrió pérdida de su pierna izquierda y utilizaba una prótesis de madera, quien logró tres medallas de oro en gimnasia, en los Juegos Olímpicos de 1904. Por su parte, Oliver Halasy, deportista húngaro, quien presentaba amputación parcial de su pierna izquierda, fue medallista de oro en 1932 y 1936, con el equipo de polo acuático de su país. Liz Hartel, jinete danesa, fue medallista de plata en los Juegos Olímpicos, de 1952 y 1956, en doma clásica individual; Liz estaba inmovilizada de la cintura hacia abajo, debido a las secuelas de polio. Karol Takacs era un miembro del equipo nacional de Hungría de tiro con pistola y uno de los mejores deportistas, a finales de la década de los 30; perdió su mano derecha en maniobras militares y aprendió a disparar con la izquierda. En los Juegos Olímpicos celebrados en 1948, ante la sorpresa de los participantes Takacs reapareció y logró la medalla de oro para su país, título que repitió en 1952. Finalmente, la historia de Jim Abbot, pitcher de béisbol, medallista Olímpico de Seúl, en 1988, quien jugó diez temporadas, en la Major Baseball League MLB, las denominadas Grandes Ligas, pese a haber nacido sin su mano derecha. Una historia que requiere ser mencionada es la Terence Parkin, nadador surafricano, sordo de nacimiento, quien en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en 1984, logró medalla de plata, en los 200m pecho, acto bastante relevante, considerando que su sordera le significó gran desventaja frente a sus rivales, al momento de la partida.
• Deportistas en ambos eventos: Es importante mencionar el caso de deportistas del sector paralímpico, quienes han participado en el escenario olímpico; de manera concreta, se referencian seis deportistas con participación en los dos eventos: Nerolli Fairhall, deportista neozelandesa, quien ostenta el título del primera deportista con paraplejia en participar en unos Juegos Olímpicos; participó en los Juegos Paralímpicos, celebrados en 1974, en pruebas de atletismo; luego, en 1980, logró la medalla de oro en tiro con arco y, posteriormente, participó en dicha modalidad, en los Juegos Olímpicos, en 1984. Esta atleta participó también en los Juegos Paralímpicos de 1998 y de 2000. Paola Fantato es una deportista italiana, especialista en tiro con arco, quien participó en cinco ocasiones consecutivas en los Juegos Paralímpicos, desde Seúl, 1988, hasta Atenas, 2004, logrando cinco oros, una plata y un bronce. Esta deportista, quien debido a su afección de polio, utilizaba una silla de ruedas para su desplazamiento, participó también en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996 (Sainsbury, 2004). María Runyan, deportista de baja visión, atleta del equipo nacional de Estados Unidos en diferentes modalidades del atletismo, participó en los Juegos Olímpicos de Sydney, en el año 2000; luego de haberse coronado cuatro veces campeona en los Juegos Paralímpicos de 1992, en Barcelona y haber logrado oro y plata, en 1996, en Atlanta. Natalie Du Toit (Hawthorne & Du Toit, 2006), nadadora surafricana, quien en su infancia y juventud se destacó como la mejor de su país y una de las mejores del mundo; a la edad de 17 años sufrió un accidente que le significó la amputación de su pierna izquierda, hecho que afectó su carrera deportiva, pero no sus deseos de logros. En el 2004, participó en los Juegos Paralímpicos de Atenas, logrando tres medallas de oro e igual número de medallas de plata. En el 2007, alcanzó su marca de clasificación a los Juegos de Beijing 2008, en donde participó en la prueba de 10 k, ubicándose en el lugar 16; posteriormente, participó en los Juegos Paralímpicos, obteniendo cinco medallas de oro. La última representante de este selecto grupo es Natalia Partyka, jugadora polaca de tenis de mesa, fue ganadora de medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Atenas y, de Beijing, en tenis de mesa y participó en los Juegos Olímpicos de Beijing. La referencia más reciente es la de Brian Mc Keever, deportista quien formó parte del equipo nacional de Canadá de ski, en la modalidad de cross-country, quien participó en los Juegos Olímpicos de Vancouver, 2010 y ha competido en tres oportunidades en los Juegos Paralímpicos de invierno (Salt Lake, 2002; Torino, 2006 y Vancouver, 2010), en las pruebas de cross country y biatlón, en los que ganó siete medallas de oro, dos de plata y una bronce. Pese a que antes de la prueba el entrenador decidió relevarlo es hasta ahora el primer atleta en registrar participación en ambos eventos (Jones, 2010).
Todas estas situaciones evidencian un proceso de desarrollo importante para el futuro del sector paralímpico. De hecho, actualmente se nota un aumento significativo de cobertura mediática y de presencia de público en los escenarios de eventos. Es importante recordar, que más allá de los resultados deportivos, representados en récords, en medallas y en registros, el deporte paralímpico, al igual que el deporte olímpico, tiene una misión muy importante y es la de consolidarse como herramienta de inclusión social. Es evidente que mediante la práctica deportiva, se envía un efectivo mensaje de poder, eliminándose así los preconceptos tradicionales de in-capacidad tan ligados a la discapacidad.
DIFICULTADES QUE AFRONTA EL DEPORTE PARALÍMPICO PARA SU DESARROLLO
Al analizar la dinámica de desarrollo del deporte Paralímpico encontramos que presenta, en muchos casos, gran similitud con el auge del deporte Olímpico. Se enumeran aquí algunas de las dificultades más relevantes:
• Dificultades económicas. Esta consideración surge a partir que la condición de discapacidad, especialmente en los países en vías de desarrollo, está muy ligada a la pobreza, situación que se refleja directamente en la baja cobertura de los programas deportivos para personas con discapacidad y es la razón, por la cual, se registra una gran distancia en resultados entre los países. Estudios del Banco Mundial determinan que en Latinoamérica, más de un cuarto de la población se encuentra afectada, de manera directa o indirecta, por su situación de discapacidad y cerca del 82% de ellos vive bajo el umbral de pobreza (Samaniego de García, 2006). Pese a los importantes avances, en muchos países, los recursos asignados al sector del deporte paralímpico son considerados, desde la esfera de la salud, como apoyo a la discapacidad y no desde la esfera del deporte competitivo, por lo tanto, su disponibilidad depende de instancias no relacionadas directamente con el deporte, hecho que dificulta el desarrollo de procesos.
• Baja participación de empresa privada en el sector. Esta situación se presenta, debido a la relativa juventud del sistema y al desconocimiento general sobre el deporte paralímpico; sin embargo, a nivel internacional, se debe aclarar que los eventos internacionales del paralimpismo vienen siendo objeto de vinculación de la empresa privada de manera sistemática y ya existen deportistas que son patrocinados por empresas privadas, más allá de los apoyos gubernamentales, mostrándose así una dinámica hacia el profesionalismo que caracteriza el deporte de alto rendimiento, de hoy en día. Esta adversidad, se considera, actualmente, una gran oportunidad para empresas interesadas en consolidar su marca, mediante eventos deportivos, que hallan puertas cerradas o afrontan costos inaccesibles en los eventos principales (Sánchez & Mercado, 2011).
• Problemas de carácter ético. Debido al afán de logros y de reconocimiento, se presentan situaciones anómalas, que influyen en las demás condiciones. Aquí se relacionan, desafortunadamente, todos los aspectos que refieren corrupción administrativa y la situación más frecuente, la exageración de la condición de discapacidad por parte de los deportistas (como iniciativa personal o recomendada), para lograr una clasificación baja, generándose así una ventaja sobre los rivales.
• Exención médica. Las particularidades clínicas de la discapacidad implican que muchos deportistas deban tomar medicamentos de manera sistemática. Esta situación genera que, en algunos casos, los deportistas deban solicitar la exención médica, ya que los productos utilizados se encuentran dentro de la listas de sustancias consideradas como dopaje. Esta particularidad del deporte Paralímpico, que se encuentra plenamente reglamentada, puede generar situaciones puntuales en competencia, que hacen temer posibilidades de fraudes durante el proceso.
• Cobertura insuficiente de la clasificación médica y funcional. Este hecho limita las posibilidades de amplia participación de los atletas del sector. Los equipos de clasificadores calificados son insuficientes para ofrecer la cobertura necesaria del sistema y como norma pertenecen a los países de alto impacto deportivo y su participación a procesos nacionales en países en desarrollo es baja, limitándose así las posibilidades de participación de los atletas.
• Insuficiente personal especializado. Se relaciona aquí la baja cobertura de entrenadores calificados en entrenamiento y en discapacidad. De igual manera, se considera que no existen muchos centros de formación para el personal de apoyo médico a los procesos deportivos paralímpicos. Se aclara, que la mayoría de las universidades nacionales con programas relacionados con actividad física, deporte y recreación vienen incorporando, sistemáticamente, cátedras relacionadas con el deporte paralímpico y, de manera general, los nuevos egresados ya poseen elementos teóricoprácticos del deporte adaptado.
• Relativa escasa investigación sobre procesos de entrenamiento deportivo orientado al sector paralímpico. Si bien es claro que en la última década se multiplicó el número de trabajos de investigación y las publicaciones relacionadas con deporte paralímpico, se evidencia que este es un campo de acción que tiene un amplio espacio para su desarrollo. Se requiere mayor rigor científico en el seguimiento de los procesos, como forma de evitar errores metodológicos, que pueden afectar la salud de los participantes.
• Escenarios deportivos no adaptados. Esta es una de las principales debilidades del sistema deportivo en la mayoría de los países y es una situación que limita las posibilidades de desarrollo del sector paralímpico (Dull- Tepper, 1994).
• Limitada accesibilidad del transporte público. Esta situación, generalizada para la mayoría de los países en vías de desarrollo, dificulta las posibilidades de acceso de los deportistas a los sitios de práctica.
• Altos costos de implementación deportiva específica. Esta realidad genera una amplia brecha en las posibilidades de logros de los deportistas procedentes de países del tercer mundo frente a los países económicamente fuertes. Los elevados costos de prótesis y de sillas para las diferentes modalidades hacen que la posibilidad de acceso a la alta tecnología sea limitada y genere desequilibrio en la participación competitiva de los atletas.
• Densidad del programa de competencia. En los Juegos Olímpicos de Beijing, se entregaron 958 medallas (302- 303-353), mientras que en los Juegos Paralímpicos, del mismo año, fueron 1431 (473-471-487); esta es una de las situaciones que presenta mayor controversia al hablar de eventos unificados, que congreguen a los dos sectores. Este panorama se hace aún más complejo, considerando la posibilidad de inclusión de nuevos deportes al programa de Juegos Paralímpicos. Para solucionar esta situación, se están implementando dinámicas que implican la fusión de categorías, como forma de reducir el número de competencias y de elevar el nivel de competición (Sainsbury, 2004).
EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO EN EL SECTOR PARALÍMPICO
El entrenamiento deportivo es un sistema integrado por diferentes componentes: técnico, táctico, físico, psicológico, teórico e integral. Todos los componentes son importantes para el logro de los resultados, por lo tanto, los entrenadores del sistema paralímpico deben asumir un compromiso que implica conocer sobre la teoría y la metodología del entrenamiento deportivo, en general, los elementos relacionados con el deporte específico y las particularidades de la discapacidad.
Para este proceso, históricamente, se han presentado dos frentes: por un lado, la propuesta de adaptación del desarrollo de la metodología del entrenamiento convencional al sector paralímpico y, por otro, la consideración de la discapacidad como elemento orientador del proceso. Se entiende que ambas propuestas son válidas y que depende de cada caso su implementación. En la medida en que el deporte paralímpico ha evolucionado, ha mostrado cada vez mayor cercanía con la metodología tradicional del deporte. Es así, como en algunos países existe una gran cercanía administrativa para los procesos y éstos se desarrollan de manera integrada para algunos deportistas. De todas maneras, para los procesos con deportistas del sector paralímpico, se deben considerar aspectos puntuales tales como:
• Forma y momento de adquisición de la discapacidad
• Nivel de afectación funcional y motora
• Pasado deportivo
• Posibilidades reales de logros
• Condiciones de desarrollo del proceso
Recordemos que cualquier actividad física realizada por un atleta conduce a alteraciones anatómicas, fisiológicas, bioquímicas y psicológicas. El beneficio que dicha actividad genera dependerá de las características de la carga (duración, volumen, intensidad, densidad y la frecuencia) y una adecuada metodología de aplicación (Forteza de la Rosa, 2001).
UNA MIRADA HACIA EL FUTURO
En la acelerada dinámica de desarrollo del deporte son varios los frentes que ocupan la atención del Comité Paralímpico Internacional. De manera especial, se considera la necesidad de fomentar la participación de mujeres y de atletas con discapacidades severas, en el escenario competitivo (Sainsbury, 2004). El tema versa, no solo en referencia a las medallas sino sobre la necesidad de generar cambios culturales, que permitan mayores espacios de inclusión social a las personas con discapacidad, en los diferentes entornos. Los logros de los atletas en eventos deportivos y su visibilidad, a través de los medios, generan un impacto positivo en el imaginario colectivo, sobre las posibilidades amplias de participación social, de las personas con discapacidad.
La orientación conceptual de todo el proceso apunta hacia la consideración que los atletas del sector paralímpico son deportistas en el pleno sentido de la expresión y no discapacitados que hacen deporte.
El deporte es inspiracional y, para el caso del paralimpismo, este concepto adquiere un valor aún mayor, pues cambia los paradigmas sociales de incapacidad por los de poder. El deportista paralímpico que logra resultados de alto nivel deja de ser objeto de lástima para convertirse en sujeto de admiración. Las historias de vida de los atletas del sector paralímpico implican, por un lado, la superación de la dificultad propia de la discapacidad y, extensivamente, el desarrollo de un proceso de entrenamiento con miras al resultado deportivo. Este tema, aunque novedoso, ya tiene bastante desarrollo, pues se ha evidenciado que existe en este campo una gran oportunidad de inversión ante la imposibilidad de las empresas de acceder a los eventos de carácter olímpico y mundial, que ya han sido colmados por las organizaciones tradicionales. Algunos atletas del sector ya pertenecen a la selecta nómina de deportistas patrocinados por empresas que, anteriormente, no tenían dentro de sus estrategias de mercado al deporte paralímpico. El caso más conocido por todos es el del atleta surafricano Oscar Pistorius, quien hace parte de las campañas publicitarias de Nike y de otras empresas interesadas en utilizar su imagen y su historia de vida para beneficio de su marca. En este caso, el tema discapacidad, se convierte en un valor agregado al del logro deportivo, consolidándose una mejor oportunidad de comunicación comercial, hacia el público objetivo.
La participación de dos deportistas del sector paralímpico en los recientes Juegos Olímpicos de Beijing, 2008, quienes lograron su clasificación al evento en igualdad de condiciones que sus rivales no discapacitados, se establece como un nuevo hito en el proceso de participación de los atletas del sector. La nadadora surafricana, Natalie DuToit y la tenimesista polaca Natalia Partika, demostraron que la discapacidad no es la limitante para el logro de metas de alto nivel, así que es probable que en los próximos Juegos y en otros eventos de alto nivel haya un número mayor de deportistas paralímpicos, en el llamado convencional. Por último, la reciente clasificación del corredor surafricano Óscar Pistorius a los Juegos Olímpicos de Londres, 2012, se convierte hecho deportivo que, de darse su participación en el evento, enviará un poderoso mensaje de integración, consolidándose así, desde la práctica, una cercanía cada vez mayor de los dos sectores, que permite imaginar que a futuro tendremos más eventos, en los cuales, el tema discapacidad se considere como una categoría dentro del programa competitivo, acercándonos más al cumplimiento del objetivo principal del deporte, la inclusión.
Conflicto de intereses: El autor declara que no existe ningún conflicto de intereses que ponga en riesgo la validez de la información presentada.
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Recibido: Enero 15 de 2012 Aceptado: Mayo 8 de 2012
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